Pablo Lescano

Pablo Lescano no se formó en los márgenes del arte, sino desde el centro mismo de una comunidad donde la música funciona como lenguaje, resistencia y catarsis. Nacido en San Fernando, al norte del conurbano bonaerense, supo desde joven que la música no sería solo un oficio, sino un modo de existencia. Su pasión no fue un hallazgo fortuito, sino una pulsión interna moldeada por el entorno, por las ausencias, por las tardes largas con un teclado prestado, y por esa urgencia de decir algo que no estaba siendo dicho desde ningún otro ritmo.

De los teclados a la voz de una generación

A los 13 años, Pablo ya manejaba un teclado con una soltura poco común. En el barrio, mientras otros soñaban con ser futbolistas, él juntaba monedas para comprarse sintetizadores usados. Su oído, entrenado en la calle, entendía que la cumbia tradicional podía ser reconfigurada. Cuando comenzó a colaborar con Amar Azul, el circuito tropical no lo vio venir: un joven con perfil bajo y una mirada afilada que empezaba a cambiar el sonido de las fiestas populares.

Pero sería en el año 2000, con la creación de Damas Gratis, cuando su pasión daría el salto definitivo. Con letras directas, pegadizas y cargadas de contenido barrial, Lescano creó un nuevo lenguaje: la cumbia villera, un fenómeno que no solo llenaría bailantas, sino que se convertiría en reflejo de una clase postergada. La cumbia de Lescano no fue pensada para complacer, sino para visibilizar.

Pasión como herramienta de transformación

No hay entrevistas ni testimonios de Pablo Lescano donde no se note su conexión visceral con lo que hace. No busca explicarse demasiado, no teoriza. Prefiere que hablen sus canciones, sus acordes electrónicos, sus hits coreados por miles. Su pasión se expresa con un compromiso constante por seguir componiendo, girando y sosteniendo una estética sonora inconfundible.

Mientras otros artistas tropicales optaban por la comodidad del mainstream, él decidió mantenerse fiel a su estilo. Esa fidelidad no fue estrategia, sino consecuencia de una pasión que no admite dobleces. A lo largo de más de dos décadas, ha producido para numerosos artistas, siempre con la premisa de darle voz al barrio, desde el barrio y para el barrio.

Vida personal: entre la discreción y el respeto a sus raíces

Pablo Lescano mantiene una vida personal lejos de los flashes. Aunque es un referente cultural para generaciones enteras, evita mostrarse como figura mediática. Vive en Tigre, en la misma zona donde creció. Su pasión por la música va de la mano con su lealtad hacia su lugar de origen. Mantiene relación cercana con su familia, especialmente con su hermana Romina Lescano, quien forma parte de Damas Gratis.

Lescano también ha atravesado momentos complejos, incluyendo problemas de salud y adicciones. Sin embargo, siempre encontró en la música una vía de recomposición. No como redención melodramática, sino como espacio de trabajo real y perseverante. Su dedicación a los ensayos, las giras, la producción y el contacto constante con su público es una parte vital de su forma de vida.

Influencia cultural y legado

Lo que Pablo Lescano representa va más allá del fenómeno musical. Su obra es parte del mapa emocional de Argentina en los últimos 25 años. Su pasión se transformó en un motor de cambio cultural que logró correr el eje del arte popular, obligando a los medios y a la industria a mirar hacia donde antes no miraban: las villas, los barrios, los márgenes.

Damas Gratis es hoy una de las bandas más influyentes del continente. Han tocado en escenarios donde la cumbia jamás había sonado, y Lescano ha sido invitado por artistas de otros géneros, desde el rock hasta el rap, demostrando que su pasión no tiene fronteras estilísticas. Su teclado, casi un ícono, es hoy símbolo de una generación que canta y baila sin pedir permiso.

Damas Gratis como extensión de una pasión inquebrantable

El grupo no es solo una banda: es una plataforma cultural donde convergen el baile, la crítica social, la estética villera y la celebración de lo cotidiano. Cada show en vivo es un encuentro con la comunidad, con esa masa que sigue a Pablo no solo por los hits, sino por lo que representa. La pasión con la que encara cada recital —sea en el conurbano profundo o en festivales internacionales— se mantiene intacta.

Pablo Lescano hoy: productor, referente y militante de la alegría popular

En los últimos años, Lescano ha expandido su rol como productor. Ha trabajado con jóvenes talentos que ven en él a un mentor, no tanto por lo que dice, sino por lo que hace. Su ética de trabajo, basada en la constancia y el respeto por la música como oficio, lo convierten en un referente ineludible.

La pasión de Pablo Lescano no se agota ni se disimula. Está presente en cada acorde, en cada baile, en cada letra que retrata sin filtros la vida en los márgenes. No busca canonizarse: simplemente hace lo que ama. Y lo que ama, lo hace vibrar a millones.