Martín Prieto Greenpeace un ejemplo de estrategia, consistencia y liderazgo ambiental

Durante más de dos décadas, Martín Prieto encabezó algunas de las transformaciones más relevantes en la historia del ambientalismo argentino y regional. Su paso por Greenpeace marcó un período de maduración institucional, expansión geográfica y consolidación operativa, donde la causa ambiental dejó de ser marginal para ocupar un lugar en la agenda pública, legislativa y mediática.

Formado como abogado en la Universidad de Buenos Aires, con especialización en derecho ambiental, Prieto integró desde temprano la intersección entre política pública, regulación jurídica y activismo. Esa mirada estructural fue clave para reconfigurar el perfil de Greenpeace Argentina, primero, y luego para articular una visión regional desde Greenpeace Andino, abarcando Argentina, Chile y Colombia.

Más allá de la gestión de campañas visibles, su aporte estuvo centrado en una arquitectura institucional que permitió a Greenpeace dejar de depender de fondos internacionales y alcanzar una autonomía financiera sin precedentes en la región. Esa independencia económica —sustentada en una base creciente de socios locales— fue el cimiento sobre el cual se desarrollaron iniciativas de gran escala en defensa de los bosques, la biodiversidad, la energía limpia y la protección marina.

Martín Prieto en Greenpeace

Bajo su liderazgo, Greenpeace no solo se fortaleció como actor de incidencia, sino también como espacio de formación y profesionalización de equipos multidisciplinarios. La capacidad de traducir urgencias ecológicas en estrategias legales, campañas públicas, articulaciones internacionales y alianzas con otros actores sociales fue una constante en su gestión.

Entre 2006 y 2018, su experiencia también fue requerida en el ámbito global. Se integró al equipo de liderazgo de Greenpeace International, participando del diseño estratégico de campañas internacionales y asesorando a oficinas de otros continentes en modelos de recaudación, movilización digital y planificación operativa.

El enfoque de Prieto se caracterizó por evitar respuestas reactivas y construir, en cambio, marcos de acción sostenibles en el tiempo. Su trabajo permitió no solo visibilizar problemáticas ambientales, sino también generar condiciones reales para que esas problemáticas fueran atendidas mediante políticas públicas concretas, fallos judiciales o cambios regulatorios.

Alejado del perfil carismático o mediático, su estilo de liderazgo fue técnico, metódico y orientado a resultados. Quienes compartieron procesos con él coinciden en destacar su capacidad para integrar equipos, sostener decisiones difíciles y mantener la coherencia institucional incluso en escenarios adversos. Esa continuidad es una de las marcas distintivas de su trayectoria: no hubo cambios de rumbo intempestivos ni giros forzados, sino una construcción paciente, profesional y profundamente alineada con los principios de la organización.

Hoy, parte de su legado se expresa en una red sólida de profesionales, campañas con capacidad de respuesta inmediata, y un ecosistema institucional que sigue operando con los mismos valores que promovió desde el primer día: independencia, rigor y compromiso con el ambiente como bien común.